The Holy Cross Catholic School community, part of our larger parish community, gathers weekly for Mass. We are reminded each week that we share God’s love not only in our words and worship, but also in how we live the Gospel. In fact, we prove our love through works of charity and mercy for all those whom we meet. We prove our love also by working for peace and justice for every person.
We have discovered over the centuries that wherever there is human need and human suffering, Catholics are there. We are peacemakers, teachers, and healers. We are advocates for those our society neglects or outright rejects – the poor, the homeless, the prisoner, the unborn, and the immigrant. We do this not because we are looking for fame or honor, but because we are Catholics and we are called to love with the heart of Jesus.
Thank you for supporting our school’s mission and that of our parish community, too. We are deeply grateful for how God blesses us in and through you.
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Celebramos diariamente en nuestra escuela parroquial el misterio de la Trinidad y la eterna comunión de amor entre el Padre, Hijo, y Espíritu Santo. De hecho, su amor se manifiesta en la labor de toda escuela católica al despertar en el ser humano una comprensión de sí mismo como “ser comunitario,” perteneciente a la familia humana, en una red de interdependencia y caridad. Estamos hechos a imagen y semejanza de la Unión Trinitaria y también estamos hechos para vivir en comunión y comunidad. Esta enseñanza va en contra de la cultura de la autosuficiencia, el orgullo, y humanismo que ve en el logro y placer como el propósito de la vida humana.
Sin embargo, nuestra esperanza está puesta en Dios, y mientras nuestras escuelas sean una fuente viva y expedita para que los niños puedan vivir vidas marcadas por el amor, podemos confiar que nuestras escuelas, parte fundamental de la Iglesia, seguirán ayudando a educar la siguiente generación de católicos practicantes y fieles.
