5 de mayo: El Día del Señor

Hoy, el sexto domingo de Pascua, celebramos que Jesús nos ha elegido antes de que nosotros pensáramos en elegirle a Él. Él nos ha manifestado lo que era su realidad más íntima e importante: su relación con el Padre. No se ha guardado ningún secreto, nos los ha confiado todos, de manera que podemos saber cómo es Dios y cómo vive en nosotros.

La Pascua nos ha recordado de tantas maneras que la intimidad con Jesús y con el Padre transforma la vida de los creyentes y les lleva a derribar las barreras que artificialmente levantamos los hombres. San Pedro, por ejemplo, tuvo la valentía de reconocer la acción del Espíritu de Dios entre los paganos y los admitió a la fe cristiana (Hechos 10, 34-48). El amor cristiano es universal, porque Cristo murió por todos, incluso por sus enemigos. El amor cristiano está llamada a transformar totalmente el mundo creando una civilización, una cultura, y un mundo del amor fundadas en la justicia, la fraternidad, la paz, y el respeto de la creación.

Oremos. “O Dios, Padre de todos en el mundo, que por la resurrección de tu Hijo nos has dado una esperanza auténtica, derrama sin cesar sobre nosotros la fuerza del Espíritu Santo, para que Él transforme nuestras vidas y se manifiesta en nuestras obras. Te lo pedimos por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.”

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