28 de enero: El Día del Señor

Al escucharle, los vecinos de Jesús se dieron cuenta de que ahí había algo diferente (Marcos 1, 21-28). Hablaba un verdadero profeta. Y lo hacía con autoridad – la autoridad que viene de Dios. Eso es lo que el Resucitado ha compartido con nosotros.

El Evangelio, la Palabra de Dios, está cerca de nosotros, y nos ayuda a discernir la voluntad del Padre y a comunicarla a los hermanos y hermanas. Esta comunicación (Evangelización) es el cumplimiento del viejo deseo de Moisés (Deuteronomio 18, 15-20), de que todos los israelitas se convirtieran en profetas, como era el mismo Moisés. Lo que aconteció en Pentecostés, en Jerusalén con los Apóstoles, eso está ya a nuestro alcance – es también nuestra misión.

Que ojalá aceptemos el Evangelio de Jesús con entusiasmo y estemos listos para entregarnos a Él y a su mensaje.

footer-logo
Translate »