27-28 de octubre: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

La liturgia de este domingo nos va a decir que el amor es lo que Dios pide, o incluso, el amor es lo que Dios exige a cada creyente.

La 1ª lectura de la Misa (del Libro del Éxodo, 22, 20-26) nos va a relatar cómo el pueblo de Israel, una vez que se estableció como pueblo y se organizaron socialmente, se olvidaron que una vez fueron pobres y cerraron su corazón a los necesitados y muchas veces se convirtieron en opresores, aprovechándose de los inmigrantes pobres, viudas, y huérfanos.

Si le echamos una mirada a nuestro mundo, vamos a descubrir que esta situación que se denuncia en esta lectura sigue estando presente entre nosotros.  Hay muchísimos pobres que sólo cuentan con sus manos para trabajar, que no tienen tierra, ni dinero, ni conocimientos, ni influencias y por lo tanto son mano de obra barata. Cuántas personas hoy son explotadas, utilizadas, maltratadas, y condenadas a una vida solitaria.  Cuántos enfermos son abandonados, condenados a la soledad, y a veces los escondemos y evitamos que los vean. 

La gente de hace dos mil años decían de las primeras comunidades cristianas, “¡Miren cómo se aman unos a otros!” ¡Qué diferente sería nuestro mundo, si hubiéramos puesto en práctica un amor como ése de los primeros discípulos! El amor cristiano, con el que amamos a Dios, a los hermanos, y a nosotros mismos, es un amor que tiene a Dios como su fuente y su fuerza. Éste es el amor que Jesús nos enseña, y el que nos exige. Necesitamos aprender que todos los hombres y mujeres, sobre todo los más débiles, los más necesitados, y los más abandonados, deben ser respetados, protegidos, y amados.

footer-logo
Translate »