March 6 / 6 de marzo: Be Merciful / Sean Misericordiosos

Muchos de nosotros tenemos el hábito de repetir algunas palabras de Jesús, para recordarlas y también para practicarlas. Por ejemplo: “Sean misericordiosos como su Padre del cielo es misericordioso; perdonen y se les perdonará.”

Reconocer el pecado, lamentarlo, y buscar perdón es una realidad que puede existir realmente sólo donde hay genuina amistad y cuando la conciencia de esta amistad ha sido herida o incluso destruida. Sin amistad con Dios y con los hermanos, el pecado permanece simplemente como basura que hay que barrer, el dolor o pesar es apenas un remordimiento superficial de algo que no debería haber ocurrido, y el perdón es, a todo más, un intento de borrar el pasado. Pero “pecado, pesar, y perdón” deben entenderse a la luz de la Alianza, sellada con un Dios misericordioso, que nos amó primero; también a la luz de la relación con nuestro prójimo, con quien hemos sido salvados y hecho hermanos gracias a esta unión de vida y de amor con Dios.

Oremos. “Señor Dios, tu amor y tu perdón no tienen límite. Que nuestros corazones se hagan tan grandes como el tuyo, para que nosotros también aprendamos a perdonarnos unos a otros, y a parar de juzgar y condenar. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.”

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The season of Lent has a powerful way of reminding us that God’s compassion is all-embracing. God’s love reaches out to all people, without any discrimination between saint and sinner. Like the rain and sun which fall equally on all, so God’s compassion and mercy are extended to all. Lent is calling us to follow the example of our God and of Jesus His Son. Remember the words of Jesus as He was being nailed to the Cross: “Father, forgive them, for they do not know what they are doing.”

Luke 6, 36-38 tells us to follow God’s compassion (making it our own) by not sitting in judgement on others. This does not mean that we are to be blind to the genuine faults of others, but we are not in a position to take the higher moral ground so that we can sit in judgment on any supposed wrongdoer. Here is some of the best Lenten advice we could receive: “Be merciful as your heavenly Father is merciful.”

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