4 de mayo: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

El Tiempo Pascual nos está enseñando de nuevo que “permanecer en el amor de Cristo y guardar sus mandamientos es el secreto de la felicidad” porque nos permite vivir en compañía de Cristo y experimentar su amor. Aquí el mandamiento “nuevo del amor, amar como Jesús nos amó,” alcanza todo su horizonte de infinitud. Jesús nos ha amado como el Padre lo amó. Se trata de un amor divino. Jesús recibe todo del Padre, recibe el amor del Padre y lo da a sus amigos mediante el Espíritu de amor.  Según San Agustín: “El horizonte de la vida cristiana es el amor.”

Nuestro amor es la respuesta a alguien que nos ha amado primero, que nos ha manifestado su amor a través de la entrega de su vida hasta la muerte y ha hecho de nosotros sus amigos. (1 Juan 4, 7-10) Por eso, sabemos que Él nos ama y que quiere vivir entre nosotros. Tenemos una comunión de vida con Él. En Él, tenemos un aliado incansable en nuestro caminar por la vida. Respondamos a su amor sin medida.

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