16 de abril: Una Semana con San José (viernes)

El Papa Francisco ha declarado que este año es el “Año de San José.” Él puede enseñarnos la manera de vivir con valentía y confianza en Cristo en este año en el que nuestra fe y nuestra esperanza han sido verdaderamente probadas a causa del virus.

Como lo escuchamos en los Evangelios, la vida de José es una serie de expectativas frustradas, de planes y prioridades que se vio obligado a abandonar. Él se encuentra con que su esposa está embarazada de un hijo que no es suyo. Se ve obligado, por un decreto del gobierno, a realizar un viaje largo y difícil en los últimos días del embarazo de ella. La noche en la que María está ya lista para dar a luz, no pueden encontrar ningún lugar para alojarse y el bebé nace en un lugar en el que se guardan los animales. Después de eso, un rey tirano desata una persecución y José se ve obligado a llevar a su familia al exilio y a iniciar una nueva vida como refugiados, en una tierra extranjera.

José conoció el miedo, la ansiedad, y el peligro. Soportó sus sufrimientos sin quejarse, sin ceder a la tristeza ni al desánimo. Él oró y escuchó la voz de Dios y se dejó guiar por los ángeles. Como María, él quería en todas las circunstancias conocer y hacer la voluntad de Dios.

José permanece en silencio en los Evangelios, ni una sola palabra de él ha llegado hasta nosotros. Tan solo escuchamos sus hechos: “José… hizo lo que el ángel del Señor le había mandado.” Con su testimonio, él nos enseña a aceptar las realidades difíciles de nuestra propia vida con la obediencia de la fe y confiando en que, en todas las cosas, Dios está actuando para bien de quienes lo aman.

José y María no eran privilegiados ni poderosos. Y nosotros tampoco lo somos. Sin embargo, cada uno de nosotros está aquí porque Dios lo quiere. Él nos llama, a cada uno de nosotros, a poner nuestra vida al servicio de su plan de salvación. Y nosotros hacemos eso, tal y como lo hicieron José y María, al poner a Jesucristo en el centro de nuestra vida y de nuestra familia.

Oremos. “Bendito San José, guardián de la Familia Santa, permanece con nosotros en nuestras pruebas. Que tus oraciones nos obtengan la fuerza para huir del error y luchar contra los poderes de la corrupción de manera que en esta vida crezcamos en santidad y después de la muerte nos regocijemos con la corona de victoria. Por tu intercesión y en el Nombre de Jesús, quien vive y reina con el Padre, por los siglos de los siglos. Amen.”

footer-logo
Translate »