Hay unos que han dicho que, por supuesto, “está en el ADN de Jesús el sentirse movido por la compasión hacia los que sufren.” Sin embargo, muchas veces podemos ver, según sus palabras y su comportamiento en los Evangelios, que hay algo más. Quizás Jesús era muy consciente del silenciamiento y la marginación de los mas necesitados en las sociedades antiguas, en anticipación de su Pasión al fin de su vida terrenal en Jerusalén.
Jesús, que conocía los corazones humanos, no esperaba a que los débiles y marginados se acercaran a Él y le pidieran lo que necesitaban. Jesús les tendía la mano y satisfacía sus necesidades incluso antes de que pudieran encontrar su voz.
Oremos. “Oh Dios, enderézanos, levántanos, recréanos de nuevo, y cólmanos con el amor de tu Hijo. Haz que sepamos alzarnos unos a otros y darte gracias, por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amén.”
