8 de enero: Para Conocer y Confiar

Dicen que a medida que avanza la humanidad, somos como enanos a los hombros de un gigante. Ciertamente somos pequeños, porque en la inmensidad de la historia vivimos pocos años y nuestra perspectiva no puede ser completa. Pero a la vez, asumimos todo el bagaje de experiencia y conocimientos de la historia humana que, entre luces y sobras, nos abre a un horizonte mucho más amplio. Quizá nuestra época, más que ninguna, abunda en conocimientos y datos, hasta tal punto que podemos sentirnos “infoxicados” o intoxicados de tanta información. Uno de nuestros retos consiste en descubrir qué tiene valor frente a lo que no lo tiene o es secundario. De ahí el reto de “conocer.”

Desde la fe católica, hay un conocimiento básico y fundamental, en el que apoyar la vida y desde el que desplegar la existencia; como la roca firme sobre la que edificar la casa. Así nos lo dice la Palabra: “Nosotros hemos conocido el amor que Dios nos tiene y hemos creído en Él. Dios es amor, y quien permanece en el amor permanece en Dios, y Dios en él.” (1 Juan 4,11-18)

Y quien llega a ese conocimiento, que es gracia a la vez que supone asentir a él, puede llegar a “confiar.” “No hay temor en el amor, sino que el amor perfecto expulsa el temor.” Qué distinto caminar por la vida dando tumbos, pendiente de qué dirán otros de nosotros, derrumbándonos por las circunstancias… que vivir con una confianza básica que nos permite mantenernos en pie, incluso cuando el viento es contrario o en medio de las tempestades… No por méritos propios, sino porque conocemos que, en toda circunstancia, Cristo está con nosotros.

Que en este nuevo año no nos falten ni el “conocer” ni el “confiar.”

“Ánimo, soy yo; no tengan miedo,” esto es lo que Jesús nos dice a cada uno de nosotros cuando afrontamos dificultades. Él está con nosotros. Que Él nos dé fuerza y confianza y nos bendiga.

footer-logo
Translate »