4 de julio: Día de la Independencia

El Cuatro de Julio se celebra el Día de la Independencia en Estados Unidos desde que los padres fundadores del país firmaron la Declaración de Independencia el Cuatro de Julio de 1776.

El día festivo nos recuerda que estamos llamados hoy y siempre a proclamar a Jesucristo, y proclamarlo audazmente y con creatividad. Necesitamos narrar nuestra historia de salvación de una manera nueva: con caridad y confianza, sin miedo. Ésta es la misión de la Iglesia para todas las épocas y para todos los momentos culturales. El Evangelio sigue siendo la fuerza más poderosa de cambio social que jamás haya existido en el mundo.

Jesucristo vino a anunciar la nueva creación, vino a anunciar al hombre nuevo y a la mujer nueva, dotados de la capacidad de llegar a ser hijos de Dios, de ser renovados a imagen de su Creador. Jesús nos enseñó a conocer y a amar a Dios como nuestro Padre y nos llamó a llevar esa buena nueva hasta los confines de la tierra, a reunir a la única familia de Dios que abarca a toda la gente del mundo, de todas las razas, de todas las tribus, y de todos los pueblos. Estamos invitados a usar bien nuestra libertad en hacer todo eso.

Oremos. “Dios, Padre nuestro, tú Hijo Jesús predicó un mensaje de paz y nos enseñó a vivir como hermanas y hermanos. Su mensaje tomó cuerpo en la visión de los Padres de la Patria, quienes modelaron una nación donde todos vivieran como si fueran uno. Este mensaje vive en nuestras mentes como una tarea para el hoy y una promesa para el mañana. Te damos gracias, Padre, por tus bendiciones en el pasado, y por todo, lo que con tu ayuda, debemos alcanzar. Bendice a nuestra nación y a cada uno de nosotros. Al darte gracias por nuestra independencia, que podamos extender esta bendición a nuestros hermanos y hermanas. Adelanta el día en que nuestra nación sea una nación con libertad y justicia, no sólo para algunos, sino para todos. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.”

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