2 de junio: En Espíritu y En Verdad

Las Escrituras y las enseñanzas de la Iglesia siempre nos invitan a adorar a Dios en espíritu y en verdad, de forma que nuestras vidas correspondan a lo que creemos, y así sirvamos a Dios y a nuestros hermanos y hermanas.

Por ejemplo, San Juan dice en su Evangelio: “quien dice que ama a Dios y no cumple sus mandamientos es un mentiroso.” Santiago dice en su Carta: “la fe sin obras está muerta,” y “la religión verdadera a los ojos de Dios es ayudar a las viudas y los huérfanos.” San Mateo dice: “por su obras los conocerán” y “un árbol bueno no da frutos malos.”

No sirve una religión de solos rezos, de devociones, de asociaciones religiosas, de movimientos apostólicos … si no contribuyen a solucionar los problemas de los demás, especialmente los pobres y marginados. No basta tampoco dar pan al hambriento, bebida al sediento, y vestido al desnudo, si no trabajamos por la dignificación de estas personas. Como dice el slogan “no dar solo el pescado, sino enseñar a pescar.” No es suficiente una caridad asistencial, si no va acompañada de una caridad promocional y de desarrollo. La verdadera caridad es la que ayuda a las personas a sentirse y ser personas dignas y miembros activos de la sociedad.

Oremos. “Padre amoroso, que tu Hijo viva en nosotros, de forma que nuestra comunidad sea el templo en el que Él viva y donde nos reúna a todos juntos como a sus hermanos y hermanas. Líbranos para que te demos culto verdadero con nuestras vidas y demos fruto que permanezca. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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