17-18 de septiembre: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

“Si le doy de comer a los pobres, me dicen que soy un santo. Pero si pregunto por qué los pobres pasan hambre y están tan mal, me dicen que soy un comunista.” Dom Helder Cámara, obispo brasileño, arzobispo de Olinda y Recife, y defensor de los derechos humanos.

En la Misa del domingo que viene, Jesucristo nos va a decir (Lucas 16): “No pueden servir a Dios y al dinero.” Son palabras claras y contundentes, pero también palabras difíciles. Porque, ¿quién de nosotros puede decir con seguridad que está libre de este intento – que Jesucristo descalifica como imposible – de servir a la vez a Dios y al dinero? Ciertamente, hay muchos grados – del más al menos – en este intento de trampear el no quedar mal con Dios, pero al mismo tiempo de conseguir cuanto más dinero sea posible.

La gran lección de Jesús es decirnos que el dinero – aunque sea necesario para vivir – siempre incluye el peligro de esclavizar, de hacernos egoístas, de cerrarnos a los demás, y de obsesionarnos. Que la Eucaristía dominical dirija nuestros pasos hacia el amo que queremos servir. Seamos buenos administradores de todos los buenos dones que Dios nos da, utilizados en servicio de Dios y de los que nos rodean.

Oremos. “Señor Dios nuestro, líbranos de todo lo que nos induce a replegarnos con egoísmo en nosotros mismos. Danos la gracia de vivir los unos para los otros y para ti. Por Cristo nuestro Señor. Amén.”

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