15 de septiembre: Nuestra Señora de los Dolores

La Iglesia Universal celebra hoy, un día después de la Fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz, la Fiesta de Nuestra Señora, La Virgen de los Dolores.

La gente que quiere llevar a cabo su misión en la vida frecuentemente tiene que pagar un alto precio por ello. Jesús continuó su misión de amor haciendo la voluntad del Padre para salvarnos, y por ello fue clavado en la Cruz. El anciano Simeón había dicho a María, en el templo de Jerusalén, que un día sufriría por (y con) su Hijo. Cuando un hijo sufre, también la madre sufre. Sin embargo, La Virgen también fue fiel a su misión de dar a Jesús al mundo.

Para reflejar: Cuanto más cercanos estamos al Señor, con frecuencia estamos más cercanos a su Cruz. Nosotros también debemos estar bajo el Crucifijo, con María a nuestro lado. Así encontraremos sentido y gracia también en los momentos de mayor sufrimiento de nuestra vida. Nuestros dolores serán dolores santos, como los de la Madre María.

Oremos. “Señor Dios nuestro, sabemos que las penas y sufrimientos son inevitables en esta vida para los que siguen a tu Hijo Crucificado. Danos suficiente confianza en ti para mantenernos fieles y para creer y esperar en tu amor, incluso en el sufrimiento. Danos el valor de enfrentar y asumir las dificultades de la vida y de llevar los unos las Cruces de los otros, unidos a María, nuestra Madre Dolorosa, en servicio de Jesucristo, nuestro Señor. Amén.”

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