15-16 de enero: Preparándonos Para Celebrar La Misa Dominical

¿Hay mejor consejo en todo el mundo? “La Madre de Jesús dijo a los que servían: ‘Hagan lo que Él les diga.’” (Juan 2, 1-11)

Necesitamos que María, la nueva “Mujer,” la nueva Eva, La Hija de Sión (el nuevo Pueblo de Dios), nos haga caer en la cuenta de nuestro inmenso vacío, de nuestras grandes tinajas vacías de amor, de esperanza, de sentido, de fe madurada – aunque andemos (distraídos) con nuestras fiestas, con nuestras ocupaciones, y con nuestras cosas de cada día. Que nos ayude a ver y actuar con esa gran parte de la humanidad que se ha quedado sin “vino.”

Necesitamos también la valentía de buscar en Jesús, en lo que Él nos dijo, nos dice y nos pueda decir, el modo eficaz de cambiar radicalmente todo: nuestra religión (todavía demasiadas normas, cumplimientos, y obligaciones), nuestras relaciones familiares, las estructuras sociales y económicas, ¡y políticas!

La lectura de San Pablo de hoy (1 Corintios 12, 4-11) nos viene muy bien para todo esto: El Espíritu, también simbolizado en la Biblia por el “vino,” y que hace posible la alianza nueva y eterna de Dios con sus discípulos, hace surgir los ministerios, los carismas, y las capacidades necesarias para construir el mundo nuevo, para ponerse al servicio de los muchos que no tienen nada o casi nada. Nadie puede excusarse diciendo que no sabe qué hacer, o que no puede hacer nada – porque el Espíritu no deja a nadie sin algún don para construir la comunidad y el Reino.

Ponerse a disposición de la Comunidad, de los hermanos y hermanas, es la condición y la consecuencia de celebrar la Eucaristía, sellando la Alianza Nueva y Eterna de Jesús, el Novio, que al llegar su Hora nos brindó y nos brinda a sus discípulos, el poder comprometernos en “amar como Él nos amó,” en ser uno y en lavarnos los pies mutuamente. Y quien bebe su Sangre (sella su alianza de bodas), tendrá vida eterna.

Oremos. “Señor Jesucristo, por medio de tu Espíritu enlazas a tu pueblo santo, todos juntos, en un solo cuerpo y en un mismo amor. Que los diversos dones que Él derrama en nosotros nos haga edificar, en la paz, una Iglesia que sepa cómo amar y servir, hasta que tú nos des la paz y alegría que dura para siempre, por los siglos de los siglos. Amén.”

footer-logo
Translate »