12-13 de abril: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

Tener clara la imagen de Jesús era importante para sus primeros discípulos, y es importante también para nosotros. Es importante para toda la Iglesia, y para cada uno en particular. Hay tantas imágenes de Cristo, y tan distintas, que no es difícil confundirlo con “un fantasma.” (Lucas 24, 35-48) Se nos desvanece. Se nos olvida que hablamos de una persona de carne y hueso.

Por eso, para ver a Cristo, es tan importante encontrarse en el domingo, el Día del Señor. En comunidad, escuchando la Palabra del Señor y compartiendo el Pan y el Vino, podemos sentir (de manera única)  la experiencia del Resucitado en medio de nosotros. Podemos ser fieles a su mandato: “Hagan esto en memoria mía.” Es que el Resucitado nunca se alejó de su comunidad, siempre ha estado con ellos – con nosotros.

Para reflejar antes de venir a Misa: ¿Dónde puede Jesús estar más cerca de nosotros que en la Misa, en la Eucaristía? Él nos habla y le escuchamos; le comemos y bebemos. En la Misa, de manera especial, Él nos asegura que Él nos acompaña en nuestro caminar, a veces agotador. Demos gracias al Padre por darnos a Jesús su Hijo y por darnos la oportunidad para celebrar su Resurrección alrededor de su Mesa … en anticipación del Banquete Celestial.

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