11 de diciembre: El Día del Señor

Celebramos hoy el domingo tercero de Adviento, denominado ‘Gaudete,” por la primera palabra de la antífona de entrada de este día: “alégrense,” y que es precisamente la invitación anticipada a la alegría y que traduce perfectamente el espíritu tan especial que anima a todo este domingo: el Señor está a punto de venir en el misterio de la santa Navidad y esto nos llena de gozo.

***

¿Eres tú? El pasado domingo atravesaba nuestras celebraciones la figura de San Juan Bautista como un gigante del desierto, que con su fuerte voz fustigaba a la muchedumbre echándole en cara su poca fe. El Evangelio de hoy (Mateo 11, 2-11) presenta al mismo personaje – pero en una situación totalmente distinta. Está prisionero por denunciar los pecados del rey Herodes, pero sobre todo su espíritu está inmerso en la desolación.

El que pregonó (anunció) con toda seguridad la venida del Mesías, el que le reconoció y lo presentó como el Cordero de Dios, ahora ya no tiene seguridad ninguna y envía a sus discípulos a preguntar a Cristo: “Eres tú el que ha de venir o tenemos que esperar a otro?”

Si nos detenemos un poco a pensar en el drama personal del Bautista, caeremos en la cuenta de que es un drama muy actual, pues se respira un ambiente poco propicio para las certezas y, sobre todo, para la esperanza. Esto es tan cierto que basta comparar el mensaje que nos propone la liturgia de Adviento en palabras de Isaías “el desierto florecerá como flor de narciso … se despegarán los ojos del ciego, los oídos del sordo se abrirán” con lo que nos decimos unos a otros. Efectivamente, hablamos de cuestiones tan importantes como la situación de la familia, el futuro de la juventud, la herida del tercer mundo, y la situación del ecosistema, etc. sin que se nos ocurra pensar que a Dios le interesa esto mucho más que a nosotros y que, por tanto, hemos de seguir pensando que una vida santa es posible.

El apóstol Santiago (5, 7-10) nos exhorta a la paciencia para que sepamos ver la realidad presente a la luz de la esperanza “porque la venida del Señor está cerca.”

Oremos. “¡Ven, Señor Jesús! ¡Ven y sálvanos! Sin ti nada podemos, pero contigo podemos realizar lo imposible, porque tú eres nuestro Señor y Salvador por los siglos de los siglos. Amen.”

footer-logo
Translate »