Cada familia tiene sus inquietudes y sus problemas. En la Fiesta de hoy, la Sagrada Familia, se nos muestra cómo María, José, y Jesús tuvieron su buen cupo de problemas y aflicciones, especialmente porque la verdadera razón y el corazón de esta familia era Jesús, ese Hijo desconcertante. Ellos, sus padres, hicieron todo a favor de su Hijo.
Lo que nos parece a nosotros más típico en la Sagrada Familia es que en todo buscaban la voluntad de Dios. Esto será característico también de Jesús – la voluntad de Dios iba a ser su alimento y su bebida. Que el corazón de nuestras familias sea también Jesús, y con Él, con María y José nos preguntemos qué es lo que Dios quiere de nosotros, y que sepamos cumplirlo. Que Dios nos bendiga y nos mantenga siempre unidos.
Oremos. “Padre amoroso, tú dispusiste, en tu providencia, que María y José proveyeran el calor de un hogar para tu propio Hijo Jesús. Te pedimos confiadamente que Él llegue a ser el centro y el corazón de todas nuestras familias. Que nosotros crezcamos en Él y lleguemos a ser más íntimos y cercanos unos a otros con paciencia y amor. Que como la Sagrada Familia de Nazaret nosotros también busquemos tu voluntad en todo lo que hagamos. Te lo pedimos en nombre de Jesús, el Señor. Amén.”