28 de octubre: Novena por Todos los Fieles Difuntos (Día Cuarto)

La muerte permanecerá siempre un misterio y un sufrimiento. Pero, como cristianos, vivimos en fe y esperanza. En nuestra fe no hay lugar para dudar de que en la muerte Dios abandonará a su gente, que son obra de sus manos, hechas a su imagen y semejanza, por quienes Cristo murió y resucitó de entre los muertos. Dios no nos dejará perecer para siempre. En Cristo tenemos la promesa de Dios de que nosotros resucitaremos también de entre los muertos para la gloria y alegría eternas. Con esta esperanza ponemos hoy, espiritualmente, nuestros difuntos, especialmente todos los jovenes, nuestros hijos e hijas, que han muerto en las manos del Dios de vida.

Oremos. “Señor, Padre Santo y Bueno, Dios todopoderosos y eterno, humildemente te suplicamos por tus siervos, a quienes llamaste de este mundo a tu presencia; dígnate llevarlos al lugar del descanso, de la luz, y de la paz. Concédeles franquear victoriosamente las puertas de la muerte, para que habiten con tus santos en el cielo, en la luz que prometiste a Abrahán y sus descendientes. Que se vean liberados de toda pena y que, cuando lleguen el momento de la resurrección y del premio, sean colocados entre los santos y elegidos, para que junto a ti gocen de la vida inmortal en el reino eterno. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

El Miércoles: Los Misterios Gloriosos

Oremos. “Concede, Señor, la felicidad de la gloria eterna a tus siervos, nuestros jovenes que han muerto, a quienes has llamado en este mundo cuando el vigor de la juventud empezaba a embellecer sus vidas corporales; muestra para con ellos y ellas tu misericordia y acógelos entre tus santos en el canto eterno de tu alabanza. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.”

Cómo Rezar el Rosario: https://www.ammespanol.org/Como%20rezar%20el%20Rosario.aspx

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