27 de octubre: Estamos en las Manos de Dios

Nuestra Fe católica nos recuerda repetidamente que tenemos que andar nuestro camino con el Señor de manera consistente, aun en las dificultades de la vida. Conocemos claramente nuestra meta: amar a Dios y a los hermanos y hermanas, y nada nos debe disuadir de amar. Sabemos bien que estamos en las manos de Dios.

Leyendo los Evangelios en la Biblia, podemos confirmar fácilmente que Jesus está totalmente centrado en su Padre y en la misión que le ha sido encomendada. Y sabe que nadie puede hacerle daño hasta que llegue la “hora.” Esa confianza proviene de una confianza absoluta y radical en el amor de su Padre y en la sumisión a su voluntad. ¿Estamos listos para seguir sus pasos?

Oremos. “Oh Dios, tener un ideal, una meta, un destino claro a donde ir, aun a costa de sacrificio y de dolor, es muy tranquilizador, incluso en medio de la incertidumbre. Guárdanos siempre en actitud de marcha, caminando con fe y confianza, sin miedo ni vacilación, porque estamos seguros de que nada puede arrebatarnos nuestra libertad interior que tú nos has dado, por medio de Jesucristo nuestro Señor. Amen.”

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