26 de julio: Fiesta de San Joaquín y Santa Ana

Cada 26 de julio la Iglesia Católica celebra la Fiesta de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Santísima Virgen María y abuelos de Jesús. Ellos dos -considerados santos patronos de los abuelos – fueron personas de profunda fe y confianza en las promesas de Dios. Ambos educaron a su hija Santa María en la fe del Pueblo de Israel, alimentando en ella el amor hacia el Creador y preparándola para su misión. Es a través de ellos como María se suma a esa porción del pueblo escogido que espera la llegada del Salvador de la humanidad.

La tradición cuenta que los vecinos de San Joaquín se burlaban de él porque no tenía hijos. Entonces, el santo se retiró cuarenta días al desierto a orar y ayunar, en tanto que Santa Ana (cuyo nombre significa “gracia”) “se quejaba en dos quejas y se lamentaba en dos lamentaciones.” Un ángel se le apareció y le dijo: “Ana, el Señor ha escuchado tu oración: concebirás y darás a luz. Del fruto de tu vientre se hablará en todo el mundo.” A su debido tiempo nació Santa María, quien sería la Madre de Dios. Esta narración se parece mucho a la de la concepción y el nacimiento de Samuel, cuya madre se llamaba también Ana (Primer Libro de los Reyes, 1).

Oremos. “Insigne y glorioso patriarca San Joaquín y bondadosísima Santa Ana, ¡cuánto es nuestro gozo al considerar que fueron escogidos entre todos los santos de Dios para dar cumplimiento divino y enriquecer al mundo con la gran Madre de Dios, María Santísima! Por tan singular privilegio, han llegado a tener la mayor influencia sobre ambos, Madre e Hijo, para conseguirnos las gracias que más necesitamos. Con gran confianza recurrimos a su protección poderosa y les encomendamos todas nuestras necesidades espirituales y materiales y las de nuestras familias. Como ustedes fueron ejemplo perfecto de vida interior, obténganos el don de la más sincera oración. Que nosotros nunca pongamos nuestro corazón en los bienes pasajeros de esta vida. Dennos  vivo y constante amor a Jesús y a María. Obténganos también una devoción sincera para que nosotros vivamos con fe, esperanza, y perfecta caridad. Por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

Bonus/Extra: Ayer, el 25 de julio, el Santo Padre Francisco ofreció una Misa en la Basílica de San Pedro del Vaticano con ocasión de la primera Jornada Mundial de los abuelos y de las personas mayores que se celebrará cada año el cuarto domingo de julio, en la cercanía a la fiesta de los santos Joaquín y Ana, los abuelos de Jesús. En la homilía del Papa, él nos dijo:

“Hermanos y hermanas, los abuelos y los mayores son el pan que alimenta nuestras vidas. Estemos agradecidos por sus ojos atentos, que se fijaron en nosotros, por sus rodillas, que nos acunaron, por sus manos, que nos acompañaron y alzaron, por haber jugado con nosotros y por las caricias con las que nos consolaron. Por favor, no nos olvidemos de ellos. Aliémonos con ellos. Aprendamos a detenernos, a reconocerlos, a escucharlos. No los descartemos nunca. Custodiémoslos con amor. Y aprendamos a compartir el tiempo con ellos. Saldremos mejores. Y, juntos, jóvenes y ancianos, nos saciaremos en la mesa del compartir, bendecida por Dios.”

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