26-27 de diciembre: Preparándonos para Celebrar la Misa (Fiesta de la Sagrada Familia)

La Iglesia nos ofrece hoy la oportunidad para celebrar la alegría profunda de la presencia de Dios en la familia, su amor acogedor, misericordioso, y respetuoso hacia todos teniendo presente la imagen que nos presenta el Evangelio. Dijo sobre ella el Papa Francisco:

“Como todos ustedes, también los protagonistas de esta escena han hecho su camino: María y José se han puesto en marcha, como peregrinos a Jerusalén, para cumplir la ley del Señor; del mismo modo el viejo Simeón y la profetisa Ana, también ella muy anciana, han llegado al Templo llevados por el Espíritu Santo. La escena nos muestra este encuentro de tres generaciones: Simeón tiene en brazos al Niño Jesús, en el cual reconoce al Mesías, y Ana aparece alabando a Dios y anunciando la salvación a quién espera la redención de Israel. Estos dos ancianos representan la fe como memoria.” 

Estos días Navideños son, por definición “familiares.” Es evidente el esfuerzo de encontrarse juntos alrededor de una mesa, o visitar, o llamar por teléfono o videoconferencia, o hacer unos regalos… ¡Qué  mal rollo que el coronavirus haya condicionado y limitado tanto estos encuentros!  No obstante, también son días en los que afloran las dificultades y conflictos, latentes o disimuladas en otros momentos del año. Porque, una vez que estamos juntos ¿qué? ¿de qué hablamos? ¿qué tenemos que decirnos? ¿cómo hacemos para no tocar ciertos temas y que no salten chispas? Son días en que se hace más visible el sufrimiento de las familias que se han roto, y “toca” que los hijos se repartan entre el padre y la madre. Son días en que recordamos con tristeza a los que ya no están. Y son días en que aquellos que no tienen a su familia cerca, por la razón que sea, se sienten especialmente solos.

Es verdad que no todo es sufrimiento, y que, cuando una familia se lleva bien, es una de las mayores fuentes de gozo, equilibrio, seguridad, y ternura.

¡Qué bueno estar ahora todos nosotros juntos, como familia del Pueblo de Dios, y orar con la Sagrada Familia de Nazaret por lo que todos nosotros queremos tanto: nuestros hogares, nuestras familias, la comunidad cristiana, la familia de nuestra nación y de nuestro pueblo! Que Dios nos bendiga a todos y nos guarde siempre unidos como hermanos y hermanas.

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