23-24 de julio: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

En el Evangelio de este domingo (Lucas 11, 1-13) vamos a encontrar a Jesús en oración. No es ésta la única ocasión en la que aparece orando. Más bien ocurre con frecuencia (sobre todo en San Lucas). Parece que era una necesidad tan vital para Él, que a veces se pasa la noche entera orando. Fíjense que el Hijo necesita encontrarse con el Padre, y el Padre necesita encontrarse con el Hijo. Y si esto es así, nosotros, que no somos Jesucristo, nos quedamos sin excusas ni argumentos para no orar. Hay que decirlo así de claro: “Yo necesito orar y el Padre necesita o desea que yo ore.”

Escribió San Cipriano: “El hombre nuevo, nacido de nuevo y restituido a Dios por su gracia, dice en primer lugar – “Padre,” porque ya ha empezado a ser hijo. La Palabra vino a su casa – dice el Evangelio – y los suyos no la recibieron. Pero a cuantos la recibieron, les da poder para ser hijos de Dios, si creen en su nombre. Por esto, el que ha creído en su nombre y ha llegado a ser hijo de Dios debe comenzar por hacer profesión, lleno de gratitud, de su condición de hijo de Dios, llamando Padre suyo al Dios que está en los cielos.”

Jesús nos insiste en que pidamos, busquemos, y llamemos… porque el Padre no niega el Espíritu a quien se lo pide, a quien lo busca, a quien lo llama. Lo mejor que podemos pedir y lo mejor que Dios nos puede dar es a sí mismo (su Espíritu). Y si Dios está con nosotros, ¿quién nos podrá estar en contra? Nadie, ni nada, ni siquiera la muerte, nos podrá apartar de Dios. Este Don (del Espíritu) lo vamos recibiendo poco a poco, precisamente en el silencio, en nuestros ratos de estar a solas con Dios. Es un Espíritu que nos ayuda a tomar bien nuestras decisiones, a tener la fuerza para perdonar, acoger, compartir, y darnos sin medida a los otros, para querernos como Dios nos quiere, para ser mejores, y para vivir como hijos amados.

Oremos. “Padre, nosotros pedimos a tu Hijo que nos enseñe a orar y Él nos ha dicho que te hablemos con toda confianza. Haznos suficientemente audaces para rogarte con insistencia, para seguir pidiendo lo que necesitamos hasta que en tu bondad te dignes otorgárnoslo, y para seguir buscando hasta encontrar. Por Cristo, nuestro Señor. Amén.”

 

 

footer-logo
Translate »