16 de marzo: Escuchando la Palabra de Dios

“Escuchen mi voz,” dice Dios por medio de su profeta Jeremías (7, 23-28). Y después se queja de que el pueblo de Dios no quiere escuchar. Se escuchan a sí mismos y siguen sus propios caminos. Sus obras no hablan el lenguaje de Dios. En una palabra: no siguen a Dios.

Sin embargo, la escucha de la Palabra es la condición para caminar según la voluntad de Dios, como pueblo suyo. Pero si nos cerramos a la Palabra y nos volvemos sordos a ella, nos volvemos también ciegos, incapaces de ver la presencia de Dios actuando entre nosotros.

Demos gracias a Dios de que nos haya hecho su pueblo. Y hagamos lo mejor que podamos para vivir como pueblo querido de Dios.

Oremos. “Señor Dios nuestro, estamos demasiado preocupados quizás por nuestros propios planes para el futuro y por un mundo que nos empeñamos en construir a espaldas de ti, olvidándonos de tus planes. Que sepamos llevar a cabo tus designios siguiendo tus reglas e inspiraciones; que escuchemos constantemente y sigamos a tu Palabra Encarnada, Jesucristo, y que olvidemos nuestros diminutos planes mundanos, para que así podamos construir y establecer tu Reino entre nosotros. Te lo pedimos por el mismo Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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