Santo Tomás Apóstol (3 de julio)

Poco se recuerda de Santo Tomás Apóstol, no obstante, gracias al cuarto Evangelio, su personalidad está más clara para nosotros que la de algunos otros de los Doce. Su nombre aparece en todas las listas de los Apóstoles (Mateo 10,3; Marcos 3,18; Lucas 6, y Hechos 1,13), pero en el Evangelio de San Juan desempeña un papel característico. Primero, cuando Jesús anuncia su intención de regresar a Judea para visitar a Lázaro, Tomas, que es llamado “Dídimo” (el mellizo, gemelo), dice a los otros discípulos: “Vayamos también nosotros a morir con Él.” (Jn 11,16) De nuevo es Tomás quien, durante el discurso antes de la Última Cena, pone una objeción: “Le dice Tomás: ‘Señor, no sabemos a dónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?’” (Jn 14,5). Pero Tomás es especialmente recordado por su incredulidad, cuando los otros Apóstoles le anuncian la Resurrección de Cristo: “Si no veo en sus manos la señal de los clavos y no meto mi dedo en el agujero de los clavos y no meto mi mano en su costado, no creeré.” (Jn 20,25) “Ocho días después, hizo su acto de fe, acatando el reproche de Jesús: “Porque me has visto has creído. Dichosos los que no han visto y han creído.” (Jn 20,29).

Oremos. “Dios todopoderoso, concédenos celebrar con alegría la fiesta de tu apóstol santo Tomás; que él nos ayude con su protección, para que tengamos en nosotros vida abundante por la fe en Jesucristo, tu Hijo, a quien tu apóstol reconoció como su Señor y su Dios, exclamando: ‘¡Señor mío y Dios mío!’ Que vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.”

footer-logo
Translate »