6 de septiembre: Subió Jesús a la Montaña a Orar

“En aquel tiempo, subió Jesús a la montaña a orar, y pasó la noche orando a Dios. Cuando se hizo de día, llamó a sus discípulos, escogió a doce de ellos y los nombró Apóstoles…” (Lucas 6, 12)

Como en otras ocasiones muy importantes en su vida, Jesús ora antes de elegir a los doce Apóstoles de entre sus discípulos. Éste es ciertamente un momento muy importante. Él los entrenará y correrá el riesgo de encomendar a gente débil y falible su propio trabajo y misión. Él sabe que no siempre harán lo mejor que puedan, ya que pasarán por momentos de temor, desaliento, cobardía, y componendas. Aun así, se fía suficientemente de ellos y les ayudará a llevar su trabajo a buen término, cuando Dios quiera.

Jesús confía su propia misión a manos humanas, débiles, y falibles. Decimos que Jesús “confía,” porque Él se fía suficientemente de sus Apóstoles y de nosotros, sus discípulos. Con la ayuda y la fuerza del Espíritu Santo podemos ciertamente hacer la difícil y hermosa tarea que Dios nos asigna.

Oremos. “Oh Dios, renueva a tu Iglesia en sus líderes y en sus miembros, para que atinemos a vivir como creemos, y para que alcemos en nuestro mundo una voz profética que proclame con credibilidad la urgencia de justicia, verdad, y unidad en la tierra. Y que de esta forma el mundo crea en tu Hijo, Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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