Hoy en Estados Unidos se conmemora al Santo Junípero Serra, un franciscano que encabezó varias misiones que se han convertido en grandes ciudades norteamericanas. A los 16 años se convirtió en fraile y en 1749, motivado por su celo evangelizador partió junto con veinte misioneros franciscanos, hacia el Virreinato de la Nueva España, nombre colonial de México. Allí impulsó su labor misionera.
En 1767, Carlos III decretó la expulsión de todos los miembros jesuitas de los dominios de la corona, lo que incluía al Virreinato de Nueva España. Los jesuitas, que atendían la población indígena y europea de las Californias, fueron sustituidos por 16 misioneros de la orden de los franciscanos encabezados por fray Junípero. La comitiva salió de la ciudad de México y embarcó por el puerto de San Blas rumbo a la península de Baja California. Tras una corta travesía arribaron a Loreto, sede de la Misión de Nuestra Señora de Loreto, que es considerada la madre de las misiones de la Alta y Baja California. Una vez que llegó la comitiva a la península, determinaron seguir explorando la Alta California para llevar la luz del Evangelio a la población indígena. Los misioneros catequizaban al pueblo, les enseñaban nociones de agricultura, ganadería y albañilería, les proporcionaban semillas y animales, y les asesoraban en el trabajo de la tierra.
Junípero Serra falleció en la Misión de San Carlos Borromeo (Monterrey, California), en 1784. Sus restos se encuentran en la Basílica de esta misma misión. Fue proclamado Santo el 23 de septiembre del 2015 por el Papa Francisco en Estados Unidos.
Oremos. “Dios misericordioso, que llamas a tu pueblo a predicar el Evangelio en todo momento para que tu mensaje pueda llegar a los confines de la tierra. Te alabamos por tu siervo San Junípero Serra, el Apóstol de California, quien te sirvió con un corazón misionero y amo a su gente hasta el final de su vida. Conceda, Padre, a tu Iglesia la gracia de seguir sus pasos. Que su ejemplo nos ayude a perseverar en esta vida para el bien del Evangelio, siempre yendo hacia adelante y nunca mirando hacia atrás. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.”
