1-2 de marzo: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

Según San Pablo: “La salvación está en la Cruz y no en el poder.” (1 Corintios 1, 22-25) Antes de venir a Misa, sería buena idea recordar que la religión ha sido en el pasado parte integrante de la política. La política, y en particular la autoridad, necesitaba siempre una legitimación religiosa. En tiempos de Jesús las mismas autoridades religiosas eran autoridades políticas. Pero Jesús intentó liberar la religión de la política, con el gesto profético de la purificación del Templo, convertido en “la Banca Nacional.” Por ello, fue condenado a muerte en Cruz (Juan 2, 13-25).

Lo que le preocupaba a Jesús (y a los profetas del Antiguo Testamento) es que el sistema “político-religioso” ocupe el puesto de Dios. La relación concreta con Dios se torna “abstracta.” Se absolutizan así los lugares, las personas, y las acciones de ciertos personajes. Al final todo, se convierte en un mercado y se olvida que todo, también la religión y la política, deben estar al servicio del hombre concreto. Por eso los profetas recordarán las exigencias de los Mandamientos, sobre todo en lo que toca a las relaciones con el prójimo y la tutela de los derechos fundamentales: la vida, la verdad, el amor, y la propiedad (Éxodo 20, 1-17).

¿Cómo prepararnos para celebrar la Misa del tercer domingo de Cuaresma? Sería bueno preguntarnos a nosotros mismos: ¿Qué desearía el Señor que alejáramos de nosotros, de forma que lleguemos a ser mejores católicos? ¿Qué obstaculiza nuestro camino para ser más íntimos y cercanos a Jesús en nuestra vida diaria? Lo realmente importante para nosotros es que nos adhiramos al Señor y nos acerquemos con amor a los hermanos y hermanas que Él nos ha confiado. Entonces podemos adorarle con toda nuestra vida.

footer-logo
Translate »