9 de enero: Enseñando con Autoridad

Según el Evangelio de Marcos (1, 21-28), “Todos se preguntaron estupefactos: ‘¿Qué es esto? Este enseñar con autoridad es nuevo.’” La auténtica “autoridad” es la que tienen aquellas personas que ayudan a los demás a sacar adelante la vida, a organizarse, y a caminar. Claro, Jesús es un hombre de “autoridad.” Y la ejerce, a veces despertando lo dormido. Otras, oponiéndose a fuerzas contrarias. Siempre buscando el bien del otro, hasta dar la vida.

Los seguidores de Jesús también estamos llamados a tener “autoridad.” Una autoridad como la de Jesús: aportar nuestros criterios, nuestras palabras, y nuestras acciones para que el mundo se parezca a lo que Dios sueña. En unos tiempos donde a veces parece que todo vale, o donde el único criterio en ocasiones es el criterio económico o del propio beneficio, los católicos estamos llamados a hacer valer nuestra autoridad – dando la vida.

Oremos. “Oh Dios, fuente de todo poder, nos complace imaginar que podemos hacer grandes cosas, pero cuando se trata de tu trabajo, de tu reino de verdad y de justicia, tenemos que reconocer que somos débiles y poco efectivos. Ayúdanos a reconocer esta debilidad nuestra, no como derrota, sino como nuestra verdadera fuerza, para que tu poder se revele en sí mismo en el sufrimiento, en la lucha, y también en la amabilidad y el amor, que tú nos muestras en Jesucristo, quien vive y reina contigo por los siglos de los siglos. Amén.”

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