9-10 de abril: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

Como vamos a ver en la Misa del domingo, al momento de entrar en “su ciudad,” Jesús es aclamado como rey. Anteriormente había rechazado este título, pues estaba unido a las expectativas políticas de Israel. Cuando las circunstancias hacían prever su muerte, lo aceptó, al tiempo que el pueblo le aclamaba.

Jesús entra triunfante, pero será en la Cruz donde va a adquirir su auténtico trono de rey, pues Él no es un rey de este mundo (Juan 18, 36). Los apóstoles y la multitud le aclamaban: “¡Bendito el rey que viene en nombre del Señor!” (Lucas 19, 38), pero se equivocaban de Mesías – no era un Mesías político, salvador de la ocupación y opresión de Roma. Ciertamente que a quien gritaban era al salvador, al libertador, pero libertador del pecado.

Jesucristo nos enseña con hechos que su Reino no es de este mundo, que no ha venido a derrumbar los poderes políticos que gobernaban Jerusalén o el mundo entero, ha venido a luchar contra el reino del pecado. Hoy, con Jesús, rogamos y sufrimos para que todos encontremos su perdón y su vida.

Oremos. “Señor Jesús, escucha nuestra oración. Danos ahora la esperanza de la Resurrección y de la vida. Transforma nuestros caminos obscuros y tortuosos de Cruz en amplias avenidas de luz, vida, y alegría. Quédate con nosotros, por los siglos de los siglos. Amén.”

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