7 de noviembre: El Escándalo

Cuando los escritores de los Evangelios hablan sobre “el escándalo,” no piensan en el concepto de “dar mal ejemplo,” sino que se refiere a los obstáculos que hacen tropezar a la gente, como por ejemplo, Jesús sentándose a la mesa con pecadores, algo totalmente inaceptable para muchos judíos.

Al mismo tiempo, la crisis de abusos sexuales y su encubrimiento por parte de algunos obispos es, en verdad, un escándalo terrible. Pero, no somos católicos por la excelencia moral de nuestros líderes. Queremos que nuestros líderes sean moralmente excelentes, claro; de hecho, así lo exigimos. Pero no somos católicos por esa excelencia moral.

Somos católicos por Jesucristo, Crucificado y Resucitado de entre los muertos. Somos católicos por el amor Trinitario de Dios. Somos católicos por formar parte del cuerpo místico de Cristo. Somos católicos por los sacramentos. Somos católicos especialmente por la Eucaristía. Somos católicos por nuestra Madre santísima. Somos católicos por los santos.

Incluso si nuestros pastores fallan moralmente, la Iglesia sigue siendo el cuerpo místico de Cristo, la novia de Cristo. Y vale la pena luchar por ella.

Oremos. “Padre, que tu Santo Espíritu unificador nos dé la fuerza para cuidarnos los unos de los otros y para hacer todo lo que podamos para permanecer como una comunidad viva, que acoge y perdona. Que nos encontremos siempre unidos, dando buen ejemplo el uno al otro, en el nombre de Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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