6 de noviembre: ¿Qué es lo que valoramos?

Este ha sido un año inquietante para todos nosotros, con tantas personas sufriendo por la pandemia, por los incendios, por la incertidumbre de nuestra economía, y de la vida pública. Nuestra fe está siendo probada. Y nos preguntamos entonces: ¿En dónde podemos depositar nuestra confianza? ¿Qué es lo que valoramos, qué es lo importante en nuestra vida?

Más allá de la enfermedad y de la muerte y de todas las alteraciones que ha causado en nuestra forma de vida, el coronavirus ha introducido una ansiedad y una “enfermedad” (una “incomodidad”) generalizada, toda la inseguridad y ansiedad que sentimos al desconocer cuándo o cómo terminará esta pandemia, ni cómo serán nuestra vida y nuestro mundo cuando finalmente termine.

Pero hay una cosa de la que siempre podremos estar seguros y es del amor que Jesucristo nos tiene en la Cruz. La Cruz nos muestra que somos amados hasta lo indecible y que nunca seremos abandonados, nunca seremos desamparados.

Por amor, Cristo fue enviado como un siervo a este mundo y lo entregó todo para que el mundo tuviera vida. Él sufrió en su cuerpo todos los males e injusticias que nos podamos imaginar. Él hizo esto para que el sufrimiento y la muerte no vuelvan a tener jamás la última palabra en nuestra existencia terrena. Tenemos que confiar en que Él está a cargo de la historia y de nuestra propia vida. Y, también, tenemos que llevar a cabo el plan de Dios y tratar de moldearnos de acuerdo a la voluntad que Dios tiene para nuestra vida.

La Cruz nos muestra que nunca cargamos nuestras propias cruces nosotros solos, sino que caminamos con Jesús. Llevamos nuestra cruz con Él. Y todos vamos siguiendo a Jesús, juntos, caminando unos con otros en la Iglesia, en compañía de nuestros hermanos y nuestras hermanas.

Oremos.” Señor, si nos llamas a seguirte, danos la fuerza necesaria para serte fiel.”

“El Señor es benigno y justo, nuestro Dios es compasivo; el Señor guarda a los sencillos.” (Sal 114)

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