3 de enero: El Santísimo Nombre de Jesús

Cada 3 de enero la Iglesia celebra el Día del Santísimo Nombre de Jesús. “Éste es aquel santísimo nombre anhelado por los patriarcas, esperado con ansiedad, demandado con gemidos, invocado con suspiros, requerido con lágrimas, y donado al llegar la plenitud de la gracia,” decía San Bernardino de Siena. El nombre “Jesús” es la forma latina del griego “Iesous,” que a su vez es la transliteración del hebreo “Jeshua” o “Joshua,” o también “Jehoshua,” que significa “Dios es salvación.”

El Nombre de Jesús, invocado con confianza:

  • Brinda ayuda en las necesidades corporales, según la promesa de Cristo: “En mi nombre … impondrán las manos sobre los enfermos y se pondrán bien.” (Marcos 16, 17-18). En el Nombre de Jesús, los Apóstoles dieron fuerza a los lisiados (Hechos 3, 6; 9, 34) y vida a los muertos (9 ,40).
  • Da consuelo en las pruebas espirituales. El Nombre de Jesús le recuerda al pecador el “padre del hijo pródigo” y el buen samaritano; al justo le recuerda el sufrimiento y la muerte del inocente Cordero de Dios.
  • Nos protege de Satanás y sus artimañas, ya que el diablo le teme al Nombre de Jesús, quien lo ha vencido en la Cruz.
  • En el nombre de Jesús obtenemos toda bendición y gracia en el tiempo y la eternidad, pues Cristo dijo: “lo que pidan al Padre se los dará en mi nombre.” (Juan 16, 23). Por lo tanto, la Iglesia concluye casi todas sus oraciones con las palabras: “Por Jesucristo Nuestro Señor.” Así se cumple la palabra de San Pablo: “Para que al nombre de Jesús toda rodilla se doble en los cielos, en la tierra y en los abismos.” (Filipenses 2, 10)
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