3 de diciembre: El Día del Señor

“Velen y estén preparados.” (Marcos 13, 33) La vigilancia a la que nos invita el Adviento, es en realidad una exhortación a darnos cuenta del momento presente, de la presencia de Dios entre nosotros. Es Él el que está abriendo siempre un futuro para nosotros – un futuro que nosotros estamos invitados a construir en colaboración con Dios.

Vamos a ver, más y más, que solamente abriéndonos al futuro de Dios, seremos capaces de mantenernos firmes hasta el final, no dejándonos seducir por un presente engañoso. 

La esperanza católica orienta nuestra mirada hacia Dios, pero nos mantiene con nuestros pies en la tierra. No nos lleva a cruzarnos de brazos, sino que nos hace desplegar todo el dinamismo de la experiencia católica. Así Dios sale al encuentro del que practica la justicia y se acuerda de sus caminos. Que el tiempo santo de Adviento avive en nosotros el deseo del retorno del Señor y nos lleve a preparar su venida.

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