25 de julio: Santiago, Apóstol

Santiago se hizo discípulo de Jesús juntamente con su hermano San Juan. Él fue, con su hermano, uno de los Apóstoles más cercanos e íntimos de Jesús. Fue testigo de la sanación de la hija de Jairo, de la Transfiguración del Señor, y de su agonía en Getsemaní. Le apodaron “hijo del trueno” por su celo por el Reino. Propuso una línea dura contra aquellos que no aceptaban el Evangelio. Pero Jesús le dijo que su tarea era no precisamente destruir, sino salvar. Experimentó en sí mismo las consecuencias de esa línea dura, cuando murió como mártir, y, por lo tanto, compartiendo con Cristo su “copa de sacrificio,” tal como el Señor le había predicho.

Nuestra actitud más frecuente en la vida es que queremos que nos sirvan, en vez de servir. Es más fácil y agradable. Jesús nos dice que tenemos que aprender a entregarnos generosamente y a servir. Eso nos proporcionará verdadera felicidad. Que el Dios todopoderoso nos dé esa actitud y nos bendiga.

Oremos. “Señor Dios nuestro, tu Hijo Jesús era igual a ti, y sin embargo se hizo nuestro hermano y servidor. Te pedimos que el Espíritu esté vivo en nosotros, como lo estuvo en el Apóstol Santiago. Prepáranos para sentirnos, como tu Hijo, vulnerables, de tal forma que podamos servirnos humildemente los unos a los otros, especialmente cuidando generosamente de nuestros hermanos y hermanas más débiles. Que la gente experimente qué vigoroso y audaz has hecho nuestro amor. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

footer-logo
Translate »