21 de diciembre: Para Pedir Protección en este Tiempo de Pandemia

Hay muchas personas que quieren regresar al “normal,” a la Misa en el templo, a los demás sacramentos, a las festividades tradicionales, pero ahora tenemos que hacer todo lo posible para asegurarnos de que el virus no se propague de manera incontrolable. Cada día cuenta. Les pedimos que se abstengan de cualquier viaje que no sea realmente necesario, y cualquier celebración que no sea realmente necesaria. Por favor, quédense en casa, donde sea que estén, siempre que sea posible. La actual fase de la pandemia de es “muy grave” y la cantidad de nuevas infecciones aumenta a pasos agigantados todos los días.

Si todos reducimos nuestros encuentros fuera de nuestros núcleos familiares por un cierto tiempo, es posible detener y revertir la tendencia hacia más y más infecciones. Todo esto es “difícil,” pero necesario para salvar al pueblo, no saturar los hospitales, y proteger la economía y el empleo. Limitar los contactos es la herramienta más eficaz que tenemos ahora mismo para luchar contra la pandemia. Y hoy es más necesaria que nunca.

Oremos. “Oh María, tú resplandeces siempre en nuestro camino como signo de salvación y de esperanza. Nosotros nos confiamos a ti, Salud de los enfermos, que al pie de la Cruz te asociaste al dolor de Jesús, manteniendo firme tu fe. Oh Madre amorosa, tú sabes lo que necesitamos y estamos seguros de que proveerás, como lo hiciste en Caná de Galilea. Intercede por nosotros ante tu Hijo Jesús, el Divino Médico, por aquellos que han enfermado, por quienes son más vulnerables, y por quienes han muerto. Intercede también por quienes cargan la responsabilidad de proteger la salud y seguridad de los demás y por quienes atienden al enfermo y buscan una cura. Ayúdanos, Madre del Divino Amor, Nuestra Señora de Lourdes, a conformarnos a la voluntad del Padre y a hacer lo que nos dirá Jesús, quien ha tomado sobre sí nuestros sufrimientos y ha cargado con nuestros dolores para conducirnos, a través de la Cruz, a la alegría de la Resurrección. Amén.”

Bajo tu amparo nos acogemos, santa Madre de Dios: no desprecies las súplicas que te dirigimos en nuestras necesidades, antes bien líbranos de todo peligro ¡Oh Virgen gloriosa y bendita! Amén.

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