19-21 de julio: Bajo el Espíritu

En los Evangelios, Jesús nos advierte repetidamente del peligro de convertir la Ley en la única norma de la vida, olvidándonos de los demás valores. No es que la Ley sea mala, lo cual ya nos lo ha dicho San Pablo, sino que puede convertirse en una verdadera cadena que no nos deja vivir. De aquí la importancia de la vida en el Espíritu, ya que éste hace que la Ley se convierta en amor.

Son muchas nuestras obligaciones diarias, las cuales pueden ser vividas bajo la Ley o bajo el Espíritu. Nosotros podemos ir todos los días a trabajar, y hacerlo por amor y con gusto, o como una verdadera carga; podemos cumplir con nuestras obligaciones religiosas (como asistir a Misa) de una manera rutinaria y sólo por cumplir la Ley, o podemos hacerlo por amor y con gusto. El Señor lo que quiere es que cumplamos la Ley, pero sin olvidar que, sobre la Ley, siempre estará la caridad.

Oremos: “Padre, tú que nos amas tanto, envía sobre nosotros la gracia abundante de tu Espíritu, para que, viviendo con verdad nuestro catolicismo, demos al mundo testimonio de la verdad y la caridad, y busquemos confiados la unidad de todos los creyentes en la paz verdadera. Por nuestro Señor Jesucristo. Amén.”

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