17-18 de noviembre: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

El domingo que viene, la Iglesia nos va a ofrecer la parábola de Jesus tomada del Evangelio de San Mateo, 25,14-30. Pero, antes de oírla en la Misa, debemos entender que Jesús no quería hablar de “economía,” sino de la vida, de lo que uno tiene que hacer para darle un sentido. Y con toda la tradición Bíblica, Jesús cree que es a través de nuestras acciones como damos un sentido a la vida.

Todos somos responsables de los dones (“talentos”) que hemos recibido de Dios y el primero de ellos es la vida. Somos administradores de esos dones que se nos han confiado y tendremos que dar cuenta de su uso. La vida no nos ha sido dada simplemente para disfrutarla y consumirla. La vida nos ha sido dada para darla – para que produzca vida. Y la vida plena comporta riesgo y aventura.

Es desalentador ver a veces cómo la gente con muchísimos talentos rehúsan simplemente emplear sus dones. ¿Tienen acaso miedo de comprometerse, de arriesgarse con la gente? Quizás nosotros mismos tengamos también miedo de asumir el riesgo de ponernos en las manos de los demás. Reservamos nuestra fe para los domingos, pero dejamos de invertirla para el bien de los hermanos y hermanas, para el perdón cuando nos han ofendido, para hablar con valentía por los que no tienen voz, y para el afecto no correspondido. Arriesguémonos con el Señor que camina con nosotros y nos invita a vivir, a vivir plenamente.

 

 

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