16 de junio: La Fiesta del Sagrado Corazón

Cuando celebramos la Fiesta del Sagrado Corazón, o siempre que honramos al Corazón de Jesús, celebramos el amor que Dios Padre nos mostró en su Hijo. Por pura iniciativa suya, Dios, fuente y origen de todo auténtico amor, nos busca y se nos da a sí mismo.

¿Y quiénes se abren a su amor? No los autosatisfechos y autosuficientes, porque no sienten necesidad ni de Dios ni de los demás. Su orgullo les impide aceptar el amor. Pero, por el contrario, los débiles y humildes pueden abrirse al amor de Dios, porque son conscientes de la pobreza de su amor; saben que son frágiles y vulnerables.

Dios busca nuestra respuesta de amor. Esta respuesta debe incluir necesariamente el que mostremos a los que viven con nosotros un poco del calor del amor que recibimos de Él. Deberíamos permitir a los hermanos y hermanas acercarse a nosotros, como Cristo dejaba a todos acercarse a sí para aliviar sus cargas.

***

¿Estamos abiertos nosotros al amor de Dios? ¿Qué dispuestos estamos a compartir amor con otros y a recibirlo de ellos? ¿Estamos tan pagados de nosotros mismos que no prestamos atención al amor de Dios? ¿Nos sentimos molestos cuando la gente intenta ayudarnos, porque eso nos recuerda que dependemos de otros, que no somos autosuficientes?

***

Oremos. “Oh Dios, tú has hecho visible tu amor en tu Hijo, hombre como nosotros excepto en el pecado, y por medio de Él te has unido a nosotros con un vínculo de amor fiel. Acepta nuestra acción de gracias diaria y ayúdanos a reflexionar sobre tu mismo amor, para que, como tú y como tu Hijo Jesús, no tengamos miedo de mostrar afecto y preocupación por los demás y de prestarles generoso servicio aunque el hacerlo nos traiga inconvenientes. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

footer-logo
Translate »