16 de agosto: La Humildad de María

“La humildad es el secreto de María.” Así lo aseguró el Papa Francisco, que destacó que es, precisamente, “la humildad la que atrajo la mirada de Dios hacia ella.” El Santo Padre, reflexionó durante el rezo del Ángelus el 15 de agosto, en que se celebra la Solemnidad de la Asunción de la Bienaventurada Virgen María al Cielo, sobre el canto del Magnificat (Lucas 1, 39-56).

Según el Pontífice, este canto muestra la humildad de María, que se presenta como “sierva” ante Dios. El Magnificat es “la fotografía de la Madre de Dios.” El Papa señaló que “el ojo humano busca la grandeza y se deslumbra por lo que es ostentoso. Dios, en cambio, no mira las apariencias, sino el corazón y le encanta la humildad.” Insistió en que “hoy, mirando a María Asunta, podemos decir que la humildad es el camino que conduce al Cielo. Jesús enseña: ‘El que se humilla será exaltado.’ Dios no nos exalta por nuestros dones, riquezas o habilidades, sino por la humildad. Dios levanta a quien se abaja, a quien sirve. En efecto, María no se atribuye más que el ‘título’ de sierva: es ‘la esclava del Señor.’ No dice nada más de sí misma, no busca nada más para sí misma.”

De esta manera, el Santo Padre invitó a los fieles a preguntarse: “¿Cómo está mi humildad? María, en su pequeñez, conquista primero los cielos. El secreto de su éxito reside precisamente en reconocerse pequeña, necesitada. Con Dios, solo quien se reconoce como nada es capaz de recibirlo todo. Solo quien se vacía es llenado por Él. Y María es la ‘llena de gracia’ precisamente por su humildad.”

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