14 de agosto: San Maximiliano Kolbe

Hay una nueva manera de amar, que debemos recuperar en nuestros días, y que consiste en acompañar a vivir a quien se encuentra hundido en la soledad, bloqueado por la depresión, atrapado por la enfermedad, marginado por la droga o, sencillamente, vacío de toda alegría y esperanza de vida. Ésta es la invitación urgente que nos hace el Señor: vivir abiertos a los demás y siempre en actitud de caminantes, al estilo de los santos.

San Maximiliano María Kolbe profesó como Franciscano Conventual. Fue gran devoto de la Virgen María, sobre todo bajo el misterio de la Inmaculada Concepción. Fue encerrado en el campo de concentración Nazi de Auschwitz. Cuando el padre de una familia numerosa fue escogido para exterminación, el P. Kolbe se ofreció a sí mismo al comandante del campo para morir en lugar de aquel hombre. Lo hicieron morir o lo mataron de hambre. El Papa Juan Pablo II lo canonizó y lo proclamó Patrón de nuestro Siglo Sufriente.

Oremos. “O Dios, San Maximiliano Kolbe practicó lo que tu Hijo Jesús llamó ‘el mayor amor’ que puede mostrar una persona: entregar la propia vida por sus amigos. Por medio del mismo Jesús, que nos llama sus amigos, y con la ayuda de la intercesión de San Maximiliano, haz nuestro amor tan fuerte como la vida y la muerte. Que el amor tenga siempre la última palabra en nosotros y que lo compartamos gratuitamente como tú. Haz que nos amemos unos a otros como tu Hijo nos amó, Él que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.”

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