14 de abril: No Podemos Callar

Si realmente hemos encontrado con fe al Señor Resucitado, nadie nos puede parar de proclamarlo a Él y a su Buena Nueva de salvación. Pero más impactante y más convincente que cualquier cosa que digamos será el “lenguaje vivo” de nuestras actitudes y acciones. Ésa debería ser nuestra experiencia, como fue la de los Apóstoles (por ejemplo, Hechos 4, 13-21). Vivimos la misma vida que otra gente, hacemos las mismas cosas, pero deberíamos hacerlas de una manera diferente si es que realmente hemos encontrado a Cristo.

Durante toda esta primera semana de Pascua nos hemos empapado de la fe en el Señor Resucitado. Que esta fe, desde luego, sea el núcleo de nuestra creencia y de nuestra vida. El Señor ha Resucitado. Nosotros también resucitamos con Él, incluso ahora, poco a poco, a una vida nueva y más hermosa, en Cristo Jesús. Permanezcamos en esta bella certeza y alegría.

Oremos. “Oh Dios, queremos fervientemente experimentar el amor y la presencia de tu Hijo, hasta tal punto que, como los Apóstoles, no podamos nunca parar de proclamar lo que hemos visto y oído, y que por ello los demás te den gloria y alabanza a ti, que vive y reina por los siglos de los siglos. Amén.”

 

 

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