14-15 de noviembre: Estamos en Sus Manos

“Cuando hayan hecho todo lo mandado, digan: ‘Somos unos pobres siervos, hemos hecho lo que teníamos que hacer.’” Estas palabras de Jesús parecen que están dirigidas más a los fariseos y escribas, que reclamaban ser siervos de Dios, que a los Apóstoles. Los líderes entre los judíos eran siervos autosuficientes, calculaban sus méritos por lo que habían hecho por Dios, y afirmaban su derecho a los premios del mismo Dios. Quizás los Apóstoles, algunas veces, tampoco eran demasiado modestos en sus reclamaciones como compañeros de Jesús. Pero todos, unos y otros, deberían poner toda su confianza en Dios y dejarlo todo en sus manos.

Lo que hemos hecho por Dios no cuenta, sino más bien lo que Él hace por nosotros en su misericordia. No deberíamos jactarnos ante Dios de lo que hemos hecho por Él. Todo lo que pudimos hacer no fue sino don suyo. Por lo tanto, demos gracias sinceramente a Dios. Estamos en sus manos.

Oremos. “Oh Dios, sin mérito alguno de nuestra parte, nos has llamado a ser tus hijos e hijas por medio de tu Hijo leal y siervo fiel Jesucristo. Danos la humilde fortaleza para que no consideremos este don tuyo, ser parte de tu familia, como un título para obtener premios y privilegios, sino como una confianza y responsabilidad que nos das para servirte en los hermanos y hermanas y para dar a conocer a todos tu amor. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.”

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