13 de julio: Abierto y Receptivo

Uno de los diversos acontecimientos que llevaron a la intelectualmente dotada Edith Stein a convertirse a la fe católica fue ser testigo de cómo una mujer sencilla y corriente entraba en una iglesia para rezar. En palabras de la propia Edith: “Nos detuvimos en la catedral durante unos minutos; y, mientras mirábamos a nuestro alrededor en respetuoso silencio, una mujer que llevaba una cesta de mercado entró y se arrodilló en uno de los bancos para rezar brevemente. Esto era algo totalmente nuevo para mí: …. Había alguien que interrumpía sus compras cotidianas para entrar en esta iglesia, aunque no hubiera ninguna otra persona en ella, como si estuviera aquí para mantener una conversación íntima. Nunca podré olvidarlo.”

Edith nunca lo olvidó. Ese pequeño ejemplo dado sin darse cuenta por aquella sencilla mujer llevó a la conversión de Edith y nos dio la mártir y santa, Teresa Benedicta de la Cruz.

Para reflejar: Para ver a Dios, conocer que Él está con nosotros, y oír el mensaje del Evangelio, uno tiene que estar abierto y receptivo como un niño y ser consciente de su propia pobreza. La salvación es un don; nos es dada como regalo. Los que están llenos y satisfechos de su propia sabiduría humana no pueden oír a Dios ni acogerle, ya que tratan de conformar a Dios y al Evangelio a sus propias ideas, no al revés, acomodar sus ideas humanas y personales a las de Dios.

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