13-14 de noviembre: Preparándonos para Celebrar la Misa Dominical

Cuando el año litúrgico llega a su fin (el próximo domingo será el último, en el que celebraremos la fiesta de Jesucristo Rey del Universo), la Iglesia nos señala la meta de la historia y de la creación para que nos mantengamos en el camino que conduce a ella. La meta no es otra que Jesucristo, que, como hombre, representa la excelencia del universo alcanzada ya en su propio ser; y, como Hijo de Dios, constituye nuestro definitivo lugar en el seno de la Santísima Trinidad. Por medio de Él, el universo, la familia humana, y la historia completan su peregrinación por el tiempo para desembocar en la eternidad, como los ríos van a dar al mar.

No tendríamos que esperar con temor y temblor la plena venida de Cristo, sino más bien con confianza y esperanza. Dios no nos acecha para sorprendernos en un momento de debilidad, ya que Él es un Dios que nos ama y nos salva. Tampoco hemos de esperarlo con pasividad, ya que nos ha dado un mundo que tenemos que transformar y edificar como nuevo, asentado en la justicia, la amistad y la paz. Es ciertamente una tarea que está por encima de nuestras fuerzas, pero que podemos llevar a cabo si como comunidad vivimos el Evangelio. Para ello imploramos siempre la bendición de Dios.

Oremos. “O Dios, abre nuestros ojos a las señales de la venida de Jesús y haz que lo veamos ya ahora caminando a nuestro lado. Guárdanos fieles en esperanza y vigilantes en nuestro amor a ti y en nuestro interés y preocupación por los hermanos y las hermanas. Te lo pedimos por Cristo nuestro Señor. Amén.”

“Aprendan de este ejemplo de la higuera: cuando las ramas están tiernas y brotan las hojas, saben que el verano está cerca. Así también ustedes, cuando vean que suceden estas cosas, sepan que todo se acerca, que ya está a las puertas. En verdad les digo que no pasará esta generación sin que ocurra todo eso. El cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán. Por lo que se refiere a ese Día y cuándo vendrá, no lo sabe nadie, ni los ángeles en el Cielo, ni el Hijo, sino solamente el Padre. Estén preparados y vigilando, porque no saben cuándo llegará ese momento.” (Marcos 13, 28-33)

 

 

footer-logo
Translate »