De vez en cuando en su Evangelio, San Lucas nos dice que Jesús oraba con frecuencia. Y nos dice que Jesús oraba insistentemente, como en su agonía en el Huerto de los Olivos. Su Evangelio también nos dice que Jesús quiere que nosotros también seamos perseverantes, insistentes, e incluso atrevidos y audaces en nuestra oración. … porque Dios es bueno. ¿Cómo puede resistirse Él a escucharnos cuando oramos?
El Señor nos dará no solo cosas buenas, sino también el Espíritu Santo, el don que contiene todos los dones. Es el Espíritu que nos ayude a “escuchar y cumplir la Palabra de Dios,” que es una parte clave de la oración. El Espíritu nos enseña que quien libremente escucha y obedece a Dios es la persona más grande e importante en el Reino de los Cielos (Lucas 11, 27-28). Ejemplos de esto: la Virgen María, todos los santos y santas, y esa innumerable muchedumbre de toda raza, lengua, pueblo, y nación que están en el Cielo alabando y bendiciendo a Dios por siempre y para siempre. Amén.
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Adoración al Santísimo Sacramento: hoy (y todos los jueves) de 8:30am a 8:30pm.
