12-13 de noviembre: Sigamos Esperando

Todos nosotros tenemos una idea de cómo es Dios y de cómo es Jesús. En nuestras casas tenemos cuadros o imágenes. Hay imágenes también en las iglesias. A Jesús se le suele representar con la mirada un poco perdida hacia lo alto, suponemos que mirando al cielo, a su Padre. Hay otras veces en que su mirada se dirige a nosotros. Muchas veces de detrás de la cabeza de Jesús salen unos rayos de luz. Por mucho que cambien las culturas y los artistas, en la inmensa mayoría de los casos, nos resulta fácil reconocer a Jesús en todas esas imágenes.

Al mismo tiempo, hay gran posibilidad de que Jesús no va a venir como le esperamos. Y que conviene que estemos muy atentos a la sorpresa. Jesús nos puede esperar a la vuelta de la esquina, allá donde se nos presente una oportunidad para amar, para servir al necesitado, y para luchar por la justicia.

Pasa que Dios se encarnó y se hizo uno de nosotros. No llevaba lucecitas por detrás para decirnos que era Dios. Se vació a sí mismo para acercarse a nosotros y así ayudarnos a conocer el amor de Dios. Quizá sea algo así lo que quiere decir el papa Francisco cuando dice que quiere “pastores que huelan a oveja,” frase que no se aplica sólo a los obispos o sacerdotes. Desde que se encarnó, a Dios le encontramos en las más humildes de nuestras calles y casas.

Oremos. “Padre, cuando nos sentimos desalentados, temerosos, o negligentes, haz que sigamos caminando hacia adelante con esperanza; haznos vigilantes en la oración, para que percibamos los signos de la venida de tu Hijo. Que Jesús camine con nosotros ahora ya por el camino que nos ha mostrado, para que nos conduzca hacia ti, nuestro Dios vivo, por los siglos de los siglos. Amén.”

El 13 de noviembre celebramos a una religiosa excepcional, cuya vida estuvo consagrada al servicio de aquellos que dejaron atrás el lugar donde nacieron: Santa Francisca Javier Cabrini.

“La Madre Cabrini es una mujer muy inteligente y de gran virtud… es una santa,” dijo el Papa León XIII de quien hoy es Patrona de los inmigrantes. Tal afirmación no fue ni ocasional ni gratuita; León XIII pudo conocer personalmente a esta religiosa italiana que emigró a Estados Unidos y que, impulsada por el amor a Cristo, fue testimonio vivo del Señor entre quienes poblaban el vasto territorio norteamericano. Precisamente, como fruto de ese ardor misionero, la Madre Cabrini se convirtió en la primera ciudadana estadounidense en ser canonizada.

Oremos. “O Santa Francisca Javier Cabrini, tú que pusiste toda tu confianza en el Sagrado Corazón de Jesús y encontraste en Él la clave de la perfección y la fortaleza para ser Apóstol del Evangelio de Cristo por el mundo entero, mira propicia desde la gloria del Cielo sobre los que con amor y confianza recurren a tu intercesión. Tú, que con afecto maternal has endulzado las temporales y espirituales aflicciones de los desterrados de este mundo, muéstranos en la peregrinación de esta vida tu protección materna, y suplícale al Sagrado Corazón de Jesús nos conceda las gracias tan necesarias para llegar a su patria celestial. Por Cristo que vive y reina por los siglos de los siglos. Amen.”

Para leer más: https://elpueblocatolico.org/conozca-a-la-vida-de-la-madre-cabrini/

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