1 de mayo: San José Obrero

Hoy, celebramos una de las dos Fiestas litúrgicas de San José. En el pueblo de Nazaret, a Jesús se le conocía como el hijo del obrero, “el hijo del carpintero.” Sí, el Hijo de Dios nacido en una familia de un obrero, y como los jóvenes de su tiempo, se supone que ayudaría a su padre en la carpintería.

La Iglesia siempre nos presenta el trabajo humano como una colaboración con el acto creador de Dios. Somos administradores de la creación, a quienes Dios ha confiado el trabajo de sus manos. Trabajemos como administradores (corresponsables), unos de otros, y de la creación de Dios.

Par reflejar: Sobre los dos mil ochocientos cincuenta millones trabajadores y trabajadoras en el mundo 49% ganan menos de 2 dólares al día y entre ellos, el 39% menos de un dólar. Dos cientos millones de hombres y mujeres están sin empleo. La pobreza se ha agravado a través del mundo. También, 60% de los trabajadores/as no tienen contrato y están expuestos a la inseguridad del trabajo.

Oremos. “Señor, te rogamos por tu Iglesia; que honre a San José, su patrón, por medio de un liderazgo dedicado y responsable, y así te decimos: por intercesión de San José, escúchanos. Te rogamos por los que tienen cargos y responsabilidades públicas, para que sepan gobernar y conducir a su pueblo con sabiduría y justicia, y así te decimos: por intercesión de San José, escúchanos. Te rogamos por los trabajadores que sobreviven gracias al trabajo de sus manos; para que hagan su trabajo a conciencia y se sientan satisfechos y orgullosos de él, y así te decimos: por intercesión de San José, escúchanos. Te rogamos también por nosotros mismos; que seamos hombres y mujeres que sepamos cómo servir a los demás y cómo vivir en tu presencia, y así te decimos: por intercesión de San José, escúchanos. Que la protección de San José obrero nos ayude a todos a servirte a ti y a los hermanos y hermanas con amor. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén.”

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