1-2 de enero: Preparándonos Para Celebrar la Misa Dominical

Celebramos este fin de semana la Solemnidad de la Epifanía del Señor: la manifestación de Dios a todo el mundo, en su Hijo, Jesucristo, el Mesías. Precisamente, los Magos del relato Evangélico (Mateo 2, 1-12), venidos de Oriente, simbolizan a las personas de todas las razas y de todos los pueblos que descubren en Cristo al Hijo de Dios.

La Epifanía es el día en que conmemoramos y revivimos el momento en el que Dios se manifiesta a los gentiles, es decir, cuando el Señor abre las puertas de su Reino a todos, sean o no hebreos, pertenezcan o no al pueblo judío. Hoy el Señor destruye todas las fronteras. Con el nacimiento de Cristo, una nueva estrella se enciende en lo alto de los cielos, su luz brilla con claridad y fuerza. Su luz es un signo visible del amor de Dios, de su llamada insistente y persuasiva para que cada uno siga el camino marcado por la gracia de la fe en Cristo, un camino distinto para cada uno, pero igual para todos ya que a todos, sin distinciones, nos llama Dios a ser santos.

En la Misa del domingo, vamos a celebrar juntos el hecho de que Jesucristo vino para ser conocido por cada persona, cada país, y cada cultura en la tierra – porque Él es el Salvador de todos. Que ojalá lleguemos a conocerle más profundamente y así darle a conocer a otros.

Oremos a Dios nuestro Padre para que Cristo llegue a ser la luz de todos: “Oh Dios de todas las naciones, pueblos, y culturas, éste es el día que tú has hecho radiante y luminoso con tu luz y tu amor, con destino para todos. Guíanos en los nuevos caminos de tu Hijo. Que tu luz bondadosa brille en todas partes, para que todos los pueblos te alaben en su propio lenguaje, conforme a su cultura, y enriquezcan a tu Iglesia con sus propios dones. Te lo pedimos en nombre de Jesús, Señor y Salvador todos por los siglos de los siglos. Amén.”

footer-logo
Translate »