Sagrado Corazón

La devoción al Corazón de Jesús ha existido desde los primeros tiempos de la Iglesia, desde que se meditaba en el costado y el Corazón abierto de Jesús, de donde salió sangre y agua. De ese Corazón nació la Iglesia y por ese Corazón se abrieron las puertas del Cielo.

Si el amor por la persona de Jesús está en nuestro corazón, nuestra actividad lo hará brotar. Podremos reencontrar dificultades, estar sometidos a grandes pruebas, sufrir violentas tentaciones, pero si amamos a Cristo Jesús, esas dificultades, esas pruebas, esas tentaciones nos encontrarán firmes. Porque cuando “el amor de Cristo nos urge, no queremos más para nosotros mismos, sino para Aquél que nos amó y se entregó por nosotros.

 

 

(A las invocaciones que siguen se responderá diciendo “Nos unimos a ti”)

Profundas adoraciones del Corazón de Jesús, nos unimos a ti

Ardiente amor del Corazón de Jesús,

Ferviente celo del corazón de Jesús,

Reparaciones del Corazón de Jesús

Acciones de gracia del Corazón de Jesús,

Confianza segura del Corazón de Jesús,

Inflamados ruegos del Corazón de Jesús,

Silencio elocuente del Corazón de Jesús,

Humildad del Corazón de Jesús,

Obediencia del Corazón de Jesús,

Paz y mansedumbre del Corazón de Jesús,

Bondad inefable del Corazón,

Caridad universal del Corazón de Jesús,

Profundo recogimiento del Corazón de Jesús,

Tierna solicitud del Corazón de Jesús por la conversión de los pecadores,

Íntima unión del Corazón de Jesús con su Eterno Padre,

Intenciones, deseos y voluntades del Corazón de Jesús.

Amén.

 

 

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