Pidámosle Hoy a Jesús Que Se Quede con Nosotros

La historia de la Iglesia y las historias personales de nosotros nos indican que Jesús viene a nosotros en nuestras situaciones difíciles, y tenemos que recibirlo y conversar con Él. Tenemos que contarle nuestras dificultades y sufrimientos, expresarle todas las preocupaciones y los deseos más personales. Tenemos que abrirle nuestro corazón y dejar que Él nos aconseje y nos ilumine.

Debemos admitir que estamos sufriendo porque nuestras iglesias aquí en la Arquidiócesis se ven obligadas a permanecer cerradas y en que no podemos recibirlo en el Santísimo Sacramento. Hermanos y hermanas, de todo corazón, quisiéramos decirles que compartimos su sentimiento por no poder recibir a Jesus en la Eucaristía sacramentalmente en estos días. Y como ustedes, y junto con el equipo pastoral, estamos esperando ansiosamente el día en que podamos reunirnos nuevamente para celebrar la Eucaristía en el altar y que todos podamos recibir la Sagrada Comunión sacramentalmente.

Al Arzobispo nos ha dado permiso para abrir la iglesia, celebrando Misas solamente con menos  de 25 personas, pero con muchos otros requisitos (limpieza más rigurosa del templo, uso de mascarillas, distancia social, etc.)

Lo importante para nosotros aquí en la parroquia de Santa Cruz es que el Arzobispo también nos ha dicho que “si el párroco de una parroquia está enfermo, es mejor esperar hasta cuando él puede ofrecer suficientes Misas, celebrar los demás sacramentos, y estar más disponible para servir a su pueblo.” El Padre Mark va a empezar pronto con sus quimioterapias antes de su cirugía, y, según sus doctores, él no va a tener suficientes energías por un tiempo, ni puede estar con mucha gente, aun en grupos pequeños. Por ahora, estamos esperando por la recuperación de nuestro Pastor y pedimos su entendimiento y su paciencia.

Algo muy importante que debemos de recordar: Jesús no se ha ido, Él no se aleja de nosotros. ¡Está más cerca de nosotros que nunca! Él sabe que lo amamos más que nada en el mundo. Él sabe cuánto anhelamos estar con Él. Y, desde luego, todos podemos recibirlo espiritualmente, muchas veces cada día, rezando la Comunión Espiritual

Entonces, al seguir reflexionando sobre la alegría y la esperanza de la Resurrección, pidámosle hoy a Jesús que se quede con nosotros, que sea nuestra luz en esta obscuridad.

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